La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó el pasado día 5 de abril que este invierno la capa de ozono sobre el Ártico se ha visto reducida un 40%, un récord hasta ahora, batiendo el anterior, de un 30%.
El motivo de esta degradación es que ha habido un invierno muy frío y persistente. También, la destrucción de esta capa está ligada a la presencia en la atmósfera de diversos gases que a partir de los 80 grados bajo cero se convierten en nocivos para la capa de ozono (como algunos hidrocarburos clorados o compuestos de nitrógeno).
Los científicos franceses intentan ahora determinar el impacto que este fenómeno tendrá cuando las masas de aire pobre en ozono se desplacen una vez llegada la primavera.
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